Damián llevaba una mañana de perros. Se había levantado tarde y no le había dado tiempo a lavarse los dientes por lo que fue todo el camino hasta el coche lamentándose por su aliento agrio que todavía tenía de la noche anterior. Todavía no conozco a Damián, pero dadas como están las cosas sé que lo conoceré un poco tiempo. Baste escribir que Damián es de esos tipos gruñones que no le han encontrado más significado a la vida que el del dinero. Esa mañana se montó en su BMW dispuesto a ir a la inmobiliaria para cerrar un par de tratos que tenía pendientes desde la semana anterior. Pensar en el jugoso margen de beneficios no indució ni la mínima de las sonrisas, quizás porque solo era un negocio más que iba a añadir algún número a su cuenta. Damián también tenía amigos que veía de vez en cuando, pero la opinión que tenían de éste era bien distinta de la que tenían los amigos de Pablo del difunto. Baste escribir sobre este registro que era egoista y egocéntrico, y que sus amigos eran pequeños carroñeros a la espera de que la bestia se cansase de la carne.
Los hechos que precipitaron la muerte de Pablo fueron fortuitos, o al menos así quedaron refejados en el informe de atestados de la policía. Para mi fueron distintos. Un coche, un descuído y otro alma de peatón desorientada sobre el asfalto. Hubiese preferido llevarme al conductor pero no me malinterpretes, la justicia se la dejo a otros, lo mio es una cuestión práctica, este tipo de personas siempre me dan más trabajo del necesario hasta que por fin se mueren y paso a llevarme su alma.
2 comentarios:
Veo que retomas con fuerza la narrativa. Espero que estos días de lluvia que han sustituido a los fríos con nieve te inspiren durante el último bostezo.
Ant_J
PD:A mi NoScript no le gusta tu Google Analytics. A ver quién puede más.
Es una pena que en la vida real haya mucha gente como Damián, que apuran hasta última hora en la cama (o con cualquier otra cosa) y luego van estresados al trabajo... y si solo fuera eso que llegan estresados pero lo malo es que alguno no llegan nunca ó ponen en riesgo a otras personas como la vida de Pablo.
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