lunes, 16 de febrero de 2009

Entre Sueños

Todas las noches me despertaba cuando pasaba el camión de la basura. Siempre con los mismos pensamientos sobre las decisiones que tomamos en la vida, sobre que hubiese ocurrido si en algún momento determinado hubiese escogido la otra puerta. Escuchaba como los vecinos todavía seguian viendo la televisión. Probablemente uno de esos programas de rapiña social que duran hasta altas horas de la madrugada. Me revolví en la cama, incómodo, deseando que el camión de la basura pasase más temprano y no me desvelase. Me levanté y miré el hueco que habías dejado en la cama. Pensé que no importaba, que hay días en los que uno debe dormir con un hueco omnipresente. Fui al cuarto de baño, y me lavé la cara todavía somnoliento y con ganas de volver al plácido sueño del que venía. Creo que estaba soñando con una playa caribeña de esas que anuncian las agencias del viaje al acercarse el periodo de vacaciones. Pensé que me gustaría soñar con playas más a menudo. Miré al espejo y este me devolvió la mirada de mis ojos oscuros todavía cansados. Acaricié mi barba, y pensé que mañana por la mañana caería bajo la implacable cuchilla. Me dirigí hacia la cocina pensando en todo el trabajo que me esperaba mañana. Odiaba los lunes. Bebí un vaso de agua y volví a mirar por la ventana. Dejé que mis pensamientos de la vida como un concurso de televisión se evaporasen bajo otros más cotidianos, como el de todo lo que tenía que hacer mañana. Levantarme, afeitarme, desayunar mientras leo las noticias, tomar el autobus para ir a trabajar... El sueño me volvió a llamar. Los vecinos se había acostados y de nuevo el silencio se había hecho su hueco en la noche. Volví a la cama y la vi deshecha. La volví a hacer antes de acostarme y tu hueco desapareció. Me acosté y no tardé en oir como las olas me llamaban desde el otro lado del sueño. El último pensamiento, ya ebrio de somnolencia volvió a ser para ese hueco. Mañana escribiría para dar una contestación a esa oferta de trabajo.

2 comentarios:

Kandela dijo...

Ya era hora!! Qué abandonados nos tenías! Me gustan las descripciones de momentos. Un abrazo desde esta lado del Mediterráneo

El Oso que Mira desde la Colina dijo...

A ver si es verdad que puedo recuperar las viejas y buenas costumbres. Me alegro de que te gustase. Otro abrazo desde este lado helado del mundo.