martes, 28 de abril de 2009

La Ley de la Reactividad de la Complejidad


La Inicitiva de Kuk Seldon (Sexta Parte)

     "Todo sistema reacciona a un estímulo si este vence las barreras de homogeneidad y comunicación entre las distintas partes del sistema."

     El artículo titulado "El Nuevo Orden Mundial ha llegado" causó un gran revuelo público. Por primera vez una voz conocida se alzaba por encima de los medios controlados por la administración Shaffner. Seldon comezó a dirigir un par de grupos de trabajo de concienciación nacional apoyados por varios premios Nobel, escritores de prestigio y actores comprometidos co el desarrollo justo. Enemigo de las grandes multitudes y de los grandes discursos, Tricia comenzó a ayudarle en la parte pública apareciendo en alguna que otra conferencia. Los grandes periódicos estadounidenses afines con la oposición de la administración Shaffner comenzaron a compensar la propaganda política de los medios gubernamentales. Apareció en varias entrevistas en televisión. La edad había dado mayor profundidad a su expresión y la experiencia mayor fuerza a sus palabras. Tanto Kalinowski como la administración Shaffner eligieron duros competidores para restar importancia a las palabras de Seldon. En principio la vicepresidenta de los Estados Unidos, Sarah Richarson, compadeció frente a los medios tachando a Seldon de antipatriótico y comunista, pero las viejos miedos del imperio se habían ido diluyendo en el consumismo y el bienestar. Comunismo y anarquía eran palabras tan temidas como lo podían ser el lobo de caperucita roja para los niños.
     Fue entonces cuando comenzó la guerra de medios. Seldon y su grupo se ganaron el apoyo de Francis Franklin Turner, un senador que contaba con bastantes apoyos de la administración. Mientras tanto el imperio crecía gracias al asesoramiento de Kalinowski. Tras la bancarrota del gigante alemán, la vieja Europa se volvió temerosa en sus críticas hacia sus vecinos del nuevo mundo. Polonia intentó alzar su voz a través de manifestaciones estudiantiles pero fueron rápidamente reprimidas por el gobierno tras un par de privatizaciones de las fuerzas del orden. En sudamérica los presidentes Rodríguez e Ibañes de Colombia y Venezuela, intentaron en absorber el capital internacional que dominaba más de la mitad de los recursos del país. Ese año, y el siguiente, un par de nuevos partidos políticos amparados en el capital extranjero, y con un fuerte apoyo del ejército (que lucía un nuevo armamento comprado a precio de saldo a aliados centroamericanos) salieron victoriosos en las elecciones nacionales. Y por supuesto, Rodríguez e Ibañes desaparecieron de la noche a la mañana bajo acusaciones de corrupción y apropiación indebida de fondos. Varias farmaceúticas regalaron las patentes de los principios activos Tekeolanzina y Gortidal a países como India y Brasil. Erradicaron de un plumazo el Sida y la Gripe Mejicana. Pandemias que venían atacando a esos países con especial virulencia desde principios de siglo. A cambio claro está, se inició varios movimientos sociales que alababan la decisión de estas empresas y por extensión del gobierno estadounidense. Seldon fue demonizado y se le acusó de estar en contra del progreso de estos países.
     En Estados Unidos la cosa era distinta. Dentro del Imperio era donde más libertad se tenía para criticar las acciones del gobierno, hasta que este contratacaba con cifras y siglas. PIB, Nasdaq, tasa de desempleo... todo indicaban que Seldon se equivocaba, y que después de todo, el pueblo se hallaba anestesiado con los bienes de consumo que le vendían las grandes multinacionales. La política del Kalinowski funcionaba. Mejor que el desprestigio y la demonización era confundir a la masa, no dejar claro que quería decir Seldon con sus discursos naturistas y humanizantes. Que la política nacional era injusta para el resto del mundo, bueno, mientras que mis vecinos viviesen bien daba igual. Que había que comprar, consumir y producir, bueno, mientras se consumiese felicidad, que más daba. Cada vez más había nuevas máquinas de ocio, cada vez más todos estaban comunicados a través de las redes sociales, cada vez más se tenía más libertad de consumir lo que uno quisiese. Que importaba la naturaleza, esta estaba catalogada y archivada en grandes bases de datos. Desde hacía tres años la empresa BioDiversityCorps se encargaba de restablecer ecosistemas perdidos hacía más de cien años. Los discursos sobre el cuidado de la naturaleza habían quedado obsoletos. Con el suficiente dinero había empresas capaces de reproducir y restablecer ecosistemas complejos, desde la bacteria que habitaba en las raíces de una planta hasta el tigre que representaba una maravilla evolutiva. 
     Seldon estaba derrotado. La gente, la masa, el pueblo, no quería concienciarse. No quería pensar. No quería sufrir. No existía soma, pero existían otros tipos de drogas más sutiles. Seldon lo sabía. En el año 2038 huyó junto a toda su familia a Costa Rica. Necesitaba recordar donde empezó todo para dejarse llevar por el día a día. Los últimos meses en Nueva York fueron especialmente duros. Cuando su discurso se volvió repetitivo y monótono las redes sociales apagaron sus conexiones con la Iniciativa de Seldon. Se hizo invisible mientras el mundo que lo rodeaba se volvía cada vez más del color que las corporaciones dictaban. El era la nota de color discordante que solo sus amigos veían. Por eso se rindió. Por eso volvió a Costa Rica con su esperanza aquejada de una enfermedad terminal.
     Cuenta la leyenda, pues nadie ha encontrado jamás prueba alguna, que una mañana Seldon se levantó con dolor de cabeza. Buscando entre las pertenencias que Tricia había traído de Nueva York encontró un par de grabaciones de las primeras colaboraciones de Rice. Todavía dolido por la pérdida de su amigo comenzó a escuchar los principos por los cuales la sociedad no era un sistema complejo que obedecía las leyes de Kuk. Era demasiado complejo. No existía uniformidad. Rice decía en esa grabación que aunque está compuesto por muchos elementos, resulta imposible determinar porque alguien elige el color azul una mañana y no el rojo. Revisó las ecuaciones que hacía ya varias décadas habían formulado junto a Gabriel. Los parámetros sociales cumplían las leyes de Kuk. La homogeneídad que los mercados habían impuesto a la sociedad habían cambiado las propiedades del sistema y el sistema ahora obedecía las leyes de Kuk. El sistema podía cambiar. solo hacía falta un estímulo suficientemente fuerte como para que el sistema reaccionase. Esa noche dio un valor finito a la última variable con la que cambiaría el mundo.

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